Ocio y tiempo libre

¿Qué es el ocio y el tiempo libre?
A modo de introducción, queremos recoger la siguiente cita: "Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas" (art.24 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 10 de diciembre de 1948). Pretendemos resaltar la alusión al artículo, dado que, supone la legitimidad a disponer de ocio y de tiempo libre en un marco legislativo internacional.

Ahora bien… ¿Qué es el ocio?

Quizás una buena forma de comprender el ocio sea empezando por definir que NO es considerado ocio:
-no es de necesidad
-no son de subsistencia
-sin obligación
-no puede ser ajeno a los valores de la persona
-no dedicado al trabajo, ni a otras obligaciones biológicas, familiares o sociales

En consecuencia, el ocio es: “el conjunto de operaciones a las que el individuo puede dedicarse voluntariamente; sea para descansar o para divertirse, o para desarrollar su información o formación desinteresada, su voluntaria participación social o su libre capacidad creadora, cuando se ha liberado de su obligación profesionales, familiares y sociales" (Dumazedier,1966, citado en Hernández, 2000, p. 2).


Para nosotras el MERCADO ha utilizado la necesidad individual y colectiva del ocio como bien de consumo, mercantilizando así el tiempo libre. Consideramos que en una sociedad de consumo, que pretende generar beneficios a partir de cualquier aspecto, necesidades o problemáticas sociales,etc. de la vida humana; se pasa de entender el ocio como un Derecho Social a entenderlo como el mercado del ocio. En otras palabras, la mercantilización del ocio y el tiempo libre responden a estrategias económicas como mecanismo de apaciguamiento social.

El ocio tiene como finalidad el crecimiento personal y social, dado que es una experiencia holística reconocida como Derecho Humano fundamental. Así pues, hablamos de un ocio justo, ético y promotor de vínculos sociales. Por el contrario, el tiempo libre es sinónimo de descanso. Las principales características son:
-Voluntariedad
-Espacio creativo
-Espacio para poder decidir lo que se quiere hacer.
-Comunicación inherente
-Recuperadora
-Asertividad

¿Y qué es el tiempo libre?
En palabras de Hernández, “la importancia de tener tiempo libre y ocuparlo en actividades que nos ayuden a formarnos como personas, tiene además un carácter preventivo de algunos de los males que aquejan a la sociedad: depresión, soledad, aislamiento, alcoholismo, drogadicción, enfermedades por sedentarismo, enfermedades crónicas, etc. Esto hace que el tiempo libre hoy en día sea una reivindicación de todas las clases sociales y de todos los grupos de edad” (Hernández, 2000, p.3).

A su vez, según Joseph Lief, considera que:
El “tiempo para sí” como aquel tiempo en el que cada cual personaliza una serie de actividades practicándolas según sus necesidades, sus deseos, sus motivaciones, sus intenciones y sus decisiones, poniendo en juego todos los recursos singulares y llegando así a la satisfacción y a la expansión personales, y a una transformación de si mismo y de las cosas. Adquiere, además una clara función social ya que se constituye un derecho de toda persona (…) Pero este derecho a un ocio creativo y constructivo adquiere un significado especial cuando afecta a personas con discapacidades o limitaciones de cualquier signo, pasando entonces a constituir un elemento fundamental de cara a favorecer su integración social (Babín, 2007, p. 9).

Comprendemos el tiempo libre como espacio complejo con determinadas características:
-Dialogante y comunicativa.
-Festiva y lúdica.
-Simbólica y creadora de sentido.
-Corporal y expresiva.
-Gratuita y participante.
-Creciente y permanente.
-Experiencial.
-Crítica.

Aclarando algunas cuestiones…

A modo de reflexión sobre el concepto de ocio y de tiempo libre, algunas de las preguntas que nos ha surgido son: ¿hay igualdad de oportunidades en el acceso al ocio? ¿Cómo se articula el ocio en lo relativo a la conciliación laboral, personal y familiar? Y ¿qué relación tiene con la participación social desde una perspectiva de género?
Desde una perspectiva de género, consideramos que las mujeres disponen de menos tiempo de ocio, porque la mayoría de ellas realiza dobles jornadas, por un lado la jornada laboral remunerada (espacio público) y la jornada laboral no remunerada (espacio privado). Una consecuencia evidente de las desigualdades de género en el actual Sistema Heteropatriarcal y Capitalista.

En relación a la distribución horaria de las jornadas laborales, cabe mencionar que limita el derecho al ocio, sobre todo el acceso al ocio de las mujeres. Ignacio Buqueras, como presidente de la Comisión Nacional para Racionalización de los Horarios españoles y su Normalización con los europeos, afirma que: “los horarios son machistas”. Asimismo, ha manifestado que las más perjudicadas por la situación son las mujeres y propone realizar cambios en la distribución horaria, con el fin de garantizar que todas las jornadas laborales terminen a las seis de la tarde.[1]

Por otro lado, según Inmaculada Álvarez de Mujeres Empresarias, “conciliar no es trabajar menos es trabajar de forma distinta” y expuso algunas propuestas relacionadas con la obligatoriedad del permiso de paternidad, flexibilidad y adecuación de horarios, formación en gestión del tiempo, adecuar horarios escolares, jornada laboral simplificada, reducir horas de desplazamiento (Mujeres en red, 2017, p.4).
Todo este debate, sigue estando encima de la mesa, concretamente en la agenda política, y lo seguirá estando si no se toman medidas de igualdad pro feministas, es decir, incluir la transversalidad de género de forma holística en el quehacer económico y sociopolítico. Y por ende, en el uso del tiempo y del ocio. A su vez, para comprender mejor de que hablamos, cabe mencionar el estudio realizado por Patricia Hewit, titulado: “necesidad de un uso igualitario del tiempo”, y en el cual recoge que:

1. El tiempo que los hombres emplean en el trabajo remunerado determina el tiempo que tienen para sus familias: el tiempo que las mujeres emplean en sus familias determina la cantidad de tiempo de que disponen para el trabajo remunerado.
2. El tiempo de las mujeres es continuo, casi no hay diferencia entre días laborales y de ocio.
3. Tiempo de las mujeres es heterónomo (se organiza en función de las necesidades de otros) y es trabajo donado (regalado, no valorado). Los hombres se organizan de forma autónoma (Muñoz, 2017).[2]

En consecuencia, como bien recoge Patricia Hewit, la igualdad de oportunidades en lo que a tiempo se refiere es una falacia en el caso de las mujeres, dado que, la desigualdad en el uso del tiempo es una discriminación más que sufrimos las mujeres. Nosotras, como futuras trabajadoras sociales, apostamos por alentar la corresponsabilidad mutua entre hombres y mujeres para reconstruir relaciones interpersonales más igualitarias y un acceso al ocio y al tiempo libre de manera equitativa para promover así la participación social de las mujeres.

Un aspecto que despertando en nosotras un profundo debate es lo relativo al ocio considerado intersectorial, es decir, la controversia surge sobre si sigue siendo una buena actuación social, la separación por colectividades a la hora de comprender el ocio. Desde nuestro prisma, es inviable seguir pensando en un ocio por colectivos, como por ejemplo: para la etnia gitana, para personas privadas de libertad, para personas con diversidad funcional, etc. Fundamentalmente, porque vulnera las principales características de lo que entendemos como ocio; así pues deja de ser un ocio inclusivo e integrador, ya que, sigue etiquetando a las personas en función de las limitaciones y problemáticas sociales, dejando de lado las potencialidades que pueda tener la persona. Asimismo, reflexionamos sobre la gratuidad y acceso universal al ocio y evitar así, el ánimo de lucro y el exceso de ocio de consumo alimentado por el Sistema Capitalista que fomenta la producción por encima de las personas. Un ejemplo de ello es considerar ir de shopping (ir de compras) como una opción de ocio. En definitiva, queremos terminar el apartado dejando una pregunta abierta:

¿Qué educación para el ocio estamos adquiriendo?




Bibliografia:


Babín Vich, Francisco (2007). Programa de Integración social a través del ocio. Madrid: Instituto de Adicciones de Madrid Salud.

Hernández Mendo, Antonio (2000). Acerca del ocio, del tiempo libre y de la animación sociocultural. Revista Digital-Buenos Aires-Año 5-nº23. Universidad de Málaga.



[1] Según Buqueras: “El tiempo no debe continuar esclavizándonos. Somos conscientes de que lo que defendemos no es solo un cambio de horarios, es un cambio de hábitos, de costumbres, un nuevo estilo de vida (…)”. Para más información: http://horariosenespana.com/inicio/historia(consultado: 7 de mayo del 2017).
[2]Para más información, consulta el blog de Lourdes Muñoz: http://lourdesmunozsantamaria.blogspot.com.es/2005/09/conciliaci.htm (Consultado: 7 de mayo del 2017)



Imagen (en orden de arriba a abajo):
(30 de mayo del 2017).Recuperado de: http://miki2duarte.blogspot.com.es/2010/09/conciliacion-de-vida-familiar-y-laboral.html
(30 de mayo del 2017). Recuperado de: http://siete-estrellas.com/blog/democracia-directa/

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